“Una persona con discapacidad intelectual es capaz de pensar por sí misma, dotado de valores morales y de emociones complejas, igual que cualquier otra persona, lo único diferente es que éstas necesitan más apoyos durante su aprendizaje a causa de sus limitaciones funcionales y cognitivas”
Maktub es una compilación de relatos que invitan a los lectores a reflexionar y al encuentro espiritual con uno/a mismo/a
Las historias que contiene son breves e intentan demostrar la importancia del destino, esa guía invisible que fija nuestro camino e influye sobre nuestra realidad, nuestro espíritu y nuestro desenlace.
Durante la terapia se va más allá, analizando los detalles y creando un debate abierto, aportando cada residente su visión del tema tratado, la historia y el significado propio. Se trabajan aspectos culturales y educativos en función de las capacidades de los grupos; trabajando el pensamiento crítico, estimulando las capacidades cognitivas, fomentando las habilidades sociales de grupo, las habilidades emocionales e incluso, la autocrítica. Se les enseña que todo pensamiento, creencia o práctica es válido, nada es erróneo, relacionándose desde el respeto y la aceptación del otro.
Durante la terapia se va más allá, analizando los detalles y creando un debate abierto, aportando cada residente su visión del tema tratado, la historia y el significado propio. Se trabajan aspectos culturales y educativos en función de las capacidades de los grupos; trabajando el pensamiento crítico, estimulando las capacidades cognitivas, fomentando las habilidades sociales de grupo, las habilidades emocionales e incluso, la autocrítica. Se les enseña que todo pensamiento, creencia o práctica es válido, nada es erróneo, relacionándose desde el respeto y la aceptación del otro.
Tras una de las terapias de esta semana cuyo debate trataba si las personas tenemos un destino escrito desde que nacemos o la vida es lo que nos va sucediendo tras la toma de decisiones, la suerte y el azar, algunos residentes hacen los siguientes comentarios:
J.A.D.A.: “Por ejemplo, un día estaba yo en mi casa y me encontré 10€. Me fui a comprar un tabaco camel y me fui a mi casa a jugar a la play con el tabaco. ¡Eso fue suerte! ¡¿Cómo va a ser mi destino?!”
M.S.R.: “Yo creo en el destino. Volver con mi familia tiene que ser mi destino.”
A.C.B.: “Yo no sé, Rocío… Hay cosas que parecen que pueden ser del destino, pero hay otras que pueden ser por suerte, por azar,…”
J.R.M.: “En una obra, un bloque de pisos, de un andamio puedes caerte. Si te caes y te rompes una pierna o un brazo es que ése sería mi destino. Pero si no me pasa nada es porque he asegurado bien el andamio, he guardado bien el equilibrio y he trabajado con la postura correcta.”
Rocío Baeza
Terapeuta Ocupacional