Como es habitual, en la Residencia ICOEJ, hemos realizado un taller de cocina organizado desde el área de Animación Sociocultural y que tiene gran acogida en los residentes.
El taller surge de la idea y de la necesidad de crear una actividad nueva que sea del agrado para los usuarios y que, en algún momento, hayan formado parte de su vida cotidiana. Mediante conversación con ellos y sus historias de vida, se conoce que la mayoría ha dedicado parte de su vida a las tareas de cocina en casa y que muchos ya no pueden realizarlas. Es importante que realicen actividades que les ayuden a conservar tanto la mente como el cuerpo y que les resulten satisfactorias.
Se consigue favorecer la interacción entre ellos, ya que se sienten muy a gusto realizando actividades que han formado parte de su vida diaria. Se fomenta la creatividad, su integración social dentro del grupo, se estimulan sus habilidades sociales, entre otros, lo cual les genera un buen estado de ánimo.
Con estas actividades se busca el bienestar del usuario y su satisfacción fomentando su toma de decisiones en la ejecución de la tarea. De forma indirecta se trabaja y estimula su memoria y su atención con la secuenciación de los ingredientes de las recetas.
Esta vez hemos realizado rollos de hojaldre con beicon y queso y de postre, cortadillos de crema y cabello de ángel, una vez más han demostrado lo bien que se le dan estos talleres y la satisfacción que les da luego al degustarlos.
En definitiva, conseguimos con este tipo de actividades la participación activa de nuestros residentes y mejorar su autoestima siendo ellos los protagonistas.