El lunes 27 de enero, a pesar de la lluvia que nos acompañaba, compartimos una tarde llena de calidez y sonrisas gracias a unas palmeras gigantes rellenas de Kinder y unos batidos de chocolate, un detalle de agradecimiento de una trabajadora que, durante ocho meses, ha recibido el cariño y la acogida de los residentes de la Residencia Virgen de la Cabeza de Entrepinares del Mercadillo.
Aunque el día estaba gris, la atmósfera dentro de la residencia estaba llena de alegría y buena compañía. Este pequeño gesto fue una manera de devolver todo lo vivido durante este tiempo: la complicidad, el apoyo incondicional y las risas compartidas a lo largo de cada jornada. Han sido meses de mucho aprendizaje y, sobre todo, de conexión humana.
Con cada bocado de esas palmeras, y en cada sorbo de los batidos, se recordaron momentos especiales que han marcado su paso por aquí, y que siempre quedarán guardados en el corazón. La tarde, a pesar de la lluvia, se llenó de risas, charlas cálidas y una sensación de gratitud mutua.
Estos ocho meses han sido mucho más que solo trabajo; han sido una experiencia de vida, de crecimiento y de conexión.
Gracias a todos/as por su cariño y por hacer que esta etapa haya sido tan inolvidable.
¡¡¡Nos veremos pronto y seguiremos creando más recuerdos juntos/as!!! GRACIAS
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